Habla con tu hijo(a), no grites

La verdadera comunicación con un hijo no es estar pendiente de que recojan el desorden del cuarto, que coman bien , que saluden, o aquellos padres que son muy intelectuales y trasmiten conocimientos todo el día, la verdadera comunicación se basa en saber trasmitir sentimientos y emociones de padres a hijos y de hijos  a  padres.

No es extraño para nadie, conocer casos de adolescentes y niños que son muy tímidos su actitud, casi siempre es de niño asustado y muy disminuido frente a los adultos o compañeros. Una de las posibles causas de este comportamiento se debe a padres con comportamientos punitivos (castigadores) tanto física como verbalmente que educan a sus hijos atemorizándolos a diario donde el poder de autoridad lo tienen en la voz,  gritan por todo y son  regaños fuertes o mejor estridentes   permanentemente   por situaciones  simples  de la evaluación normal de un niño de corta edad.   Esta actitud de los padres es modelo de un manejo de autoridad inadecuada, son padres jueces que no han disfrutado a sus hijos sino simplemente se dedican a dar órdenes y que se las cumplan.Serian innumerables los casos que se podrían analizar, pero entre otros, adolescentes con excelente capacidad intelectual que no pueden interactuar con personas del otro sexo por miedo y temor a ser rechazadas, niños con ciertas dificultades en la asimilación del aprendizaje que no pueden exponerle o preguntarle a la profesora su duda y menos a los padres por temor a que los griten y en el peor de los casos a ser comparados con sus otros hermanos o con   los hijos de los amigos de la familia;  niños que no quieren visitar a su familia porque sabe que están enterados de todas sus dificultades y errores que lógicamente han sido comunicados por sus padres;  niños que constantemente dicen “no puedo, no soy capaz, mi dibujo es el más feo, no tengo amigos, no voy al paseo porque nadie estaría conmigo, son muchas razones y expresiones que los niños nos comentan y las pasamos desapercibidas y detrás de todo,  se encuentra un padre o una madre que todo el día regaña a gritos ¡ .

Un día común en estos hogares, es que ¡se grita! al niño porque no se levanta rápidamente, – ¿se demora en el baño ¡otro grito!, – no se viste rápidamente ¡otro grito! –  Se demora para tomar el desayuno  !otro grito!, –  lo va a  dejar el bus ¡otro grito! –  Dejaste la maleta ¡ otro grito! ;   Conclusión el niño sale para el colegio con 5 o 6 gritos, inicia el día cansado y nada feliz,  quedando en casa  una mama cansada y en algunos casos con sentimiento de culpa y en otros casos son aquellas madres víctimas –se quejan por todo-.

La pregunta que  se debe hacer el  padre ó madre es,  por qué no se busca solución  a estas actitudes del niño que es despacioso, organizando la  levantada media hora más  temprano de lo acostumbrado?, será desorganización de los padres y no del niño?  Pues efectivamente, son los padres quienes tienen que organizar el día anterior junto con el niño los  uniformes, maleta, lonchera y demás, si estamos hablando de un niño menor de 7 años,  (aunque conozco niños de 5 años que son muy organizados y no se tienen que someter a este martirio mañanero) después de esta edad límite es el niño quien lo debe organizar solito,  si esa organización se ha inculcado desde temprana edad seguramente serán preadolescentes y adolescentes independientes y con excelente nivel de compromiso.

Si nos ponemos a reflexionar un poco sobre este maltrato verbal, que es  común en algunos hogares, vemos  que el niño cuando se cae o se lastima  llora inmediatamente y puede durar entre un minuto o cinco y después se le olvida y sigue en su rutina o juego,  pero cuando el niño recibe al día tres, cuatro maltratos verbales todos los días, va introyectando dentro de él  resentimiento hacia los padres.

Este maltrato verbal es acumulo de emociones fuertes de los padres y los  niños deciden protegerse con una actitud de aislamiento entre ellos  y los padres para defenderse.

Se observa crítica permanente en estos hogares, no lo haces bien, eres maleducado, eres torpe, aunque hay unas frases tan fuertes y de contenido tan malsano que no vale la pena ni mencionarlas.     Se debe evitar los gritos y el hablar fuerte a los niños o peor aún a los adultos delante de los niños, se ha comprobado que esto hiere sus emociones porque si es un niño que posiblemente está asustado  –  como sucede en la mayoría de los casos –  es muy dañino y entre mas pequeño mas daño se hace.

Estos gritos están encubiertos de amenazas y la amenaza asusta al niño  y genera el sentimiento de abandono o soledad en algunos casos, ejemplo: te voy a dejar, no te voy a llevar, te tienes que ir a vivir con tu papá cuando son  padres separados, etc, etc.,

El grito es debilidad por parte de la autoridad y es un actitud de maltrato y sometimiento para el niño que lógicamente no puede manejar la situación como sus padres  que son grandes – adultos -.

Son costumbres de familias que gritan por todo y creen que están siendo excelentes educadores y es más ellos dicen en mi casa hay respeto por nosotros sus padres, pero nó es respeto,  es miedo y seguramente son hijos que van a mostrar la cara que ellos quieren ver en casa  pero en el colegio y con sus amigos son completamente diferentes.

La verdadera comunicación con los niños se basa en la confianza mutua y por ende si se grita no hay confianza.   Cualquier error que se cometa se puede desensibilizar y corregir con diálogo, si desde temprana edad se acostumbra al  hijo a reprender y reprimir por medio del grito siempre estará esperando el grito para hacer caso, no se les hará extraño,  que algunos papas en este momento leyendo estas líneas, dirán “pero es que no me hace caso sino lo grito”!

Si reflexionamos que el grito es debilidad de nuestra parte y maltrato para nuestro hijo, siempre buscaremos el dialogo.

Mire a los ojos de su hijo cuando le esté reprendiendo por algún error , baje a la altura de su hijo y no cantaletee sino sea reflexivo en lo que dice.

Su hijo es inteligente y va a entender que  debe corregir su comportamiento, el grito es desconocimiento absoluto de las capacidades del hijo, específicamente si es adolescente ya que este comportamiento puede ser una pesadilla para los padres, ya que  este adolescente también gritará.

Las personas acostumbradas a corregir a través del grito y del amedrentamiento  son personas impositivas, impulsivas y dominantes, o sea, se tiene que hacer todo a su manera, no cree en nadie.
Debemos reflexionar como lo hemos dicho anteriormente el gritar se convierte en una costumbre y en muchas ocasiones no caemos en cuenta que se eleva el tono de voz porque se viene de un ambiente de ruido –  que puede ser de la calle o de la empresa en donde se trabaja –  en ocasiones se hace la reflexión “me dicen que hablo duro pero no es mi intención”.

La comunicación es un aspecto fundamental en la vida familiar, y por eso conviene ser conscientes de cómo escuchamos y cómo nos expresamos.      Las malas palabras dirigidas a los adolescentes los hieren profundamente.
Debemos cambiar nuestras actitudes y actuar en forma civilizada y educada  con nuestros hijos. Nuestros hijos nos imitan. Si gritamos a nuestros hijos  ellos también gritarán y nos gritarán.
Siempre el grito y el maltrato a los hijos trae de fondo un inconformismo consigno mismo, hay hogares en donde hay conflictos diarios por el mismo perfil psicológico del hogar, pueden ser padres separados que no han asumido la concientización adecuadamente, matrimonios con hijos de un primer matrimonio, enfermedades complicadas, bueno sería inagotable la lista de ejemplos , pero es para que se recapacite que los problemas son de los adultos y de las emociones de ellos y quien recibe el maltrato es el hijo.
Cómo aprendemos a comunicarnos adecuadamente con nuestros hijos:

  • Siempre disponga mínimo de 10 minutos diarios, para escuchar a su hijo, controlando sus emociones y no regañando a medida que va oyendo.  Tenga presente que lo que oye del niño es importante para El así para usted no lo sea. La comunicación es confianza y comprensión.
  • Su hijo está copiando su modelo de comunicación, obsérvese si grita a la empleada,  a su cónyuge, cuáles son sus primeras palabras hacía el niño cuando lo despierta, si  no quiere comer ud qué le dice, si pierde una previa cómo reacciona, si tuvo un día de mucho trabajo y recibe a su hijo cuál fue su actitud y si pudo separar los problemas de la empresa con la necesidad de su hijo  y lo más importante cómo reaccionó el niño.
  • Que su hijo se acostumbre a expresar sentimientos de inconformismo o de bienestar a través de palabras en tono suave. Qué significa para nosotros  el respeto, nos gustaría que nuestros hijos nos criticaran ?;      debemos controlar el botoncito de estar juzgando y criticando o mejor reprobando todo lo que hacen,    pues son niños y nosotros somos adultos.    Debemos tener presente que es totalmente diferente –  hablar con el hijo  y no hablar del hijo .
  • Tener presente que la comunicación agresiva, siempre lleva al maltrato verbal a la ofensa y a la defensa agresiva, creando resentimiento y rechazo especialmente cuando el niño es muy pequeño porque no se puede defender.
  • En ese hogar que falta el respeto todos salen lastimados y todos siempre están prevenidos y alertas a defenderse.
  • Otra actitud es el ignorar al niño, hace tanto daño como el maltrato verbal,  palabras como: Me da lo mismo” “hazlo a tu manera” “ haga lo que quiera”,  analizando someramente la situación , el niño se esfuerza por tener nuestra atención,  así sea,  a través de un  comportamiento inadecuado y lo que consigue es todo lo contrario.
  • Se les debe comunicar de las decisiones familiares:    llegada de  otro hermanito,  cambios de colegio,  de vivienda, remodelación, horarios de trabajo de los padres, ya que en  ocasiones ignoran estas decisiones y sí  se les exije que las comprendan sin conocerlas.
  • La contradicciones son muy comunes, quiero que me dejes hablar por teléfono,  es el padre quien tiene un asunto por resolver y no puede atender al  niño en ese momento;     arregla tu cuarto porque  tenemos  visita?  o porque es importante el orden ó porque no queremos que juegue?  Debe tener claridad la orden para que no haya ambivalencia  en lo que debe hacer y lo que queremos que haga.
  • La imposición no sirve en una adecuada comunicación. Si lo obligamos a someterse siempre a nuestros mandatos y a nuestra forma de ser, estamos anulando su ser y aquí es  cuando se vuelve pasivo, tímido y siempre esperará que  alguien le diga qué hacer y cómo hacerlo.
  • Mensajes claros, anoche terminé de trabajar muy tarde, quisiera dormir un poco más,  y no regañarlo  porque hace mucho ruído.  Ejemplo de un padre  ¡que es médico tuvo turno toda la noche y cuando llega visita el niño dice:  mi papa se lo pasa durmiendo de día!, regaño fijo de la madre.  Falta de participación y claridad  de las situaciones del hogar.
  • Ante una dificultad, tómese el tiempo que necesite para tranquilizarse.
  • Busque la palabra adecuada para un niño y  piense por un instante si es ofensa.
  • Antes de actuar comparta la situación con su conyuge, dos opiniones generan  una solución más sensata.
  • Intente no mezclar situaciones del pasado, este aspecto es muy difícil de manejar por parte de los padres, específicamente por aquel que tiene resentimiento y maltrato verbal o físico en su pasado.
  • Si trabaja bajo stress su hijo no es responsable de ello, no mezcle la situación porque posiblemente no va a poder controlar las  emociones (ira, rencor, frustación, inconformismo, etc.) y si puede restarle mucha atención e importancia a su hijo.