Hijos con Padres Separados

Hoy las parejas reclaman para sí, mas independencia y exigen más sus derechos, lo cual siempre ha existido, pero anteriormente no habían los recursos culturales ni sociales que facilitaran la toma de decisión frente al conformismo y /o costumbre de la relación. Actualmente es una situación común, que anteriormente era excepcional.

Se debe tener presente que la preocupación y sufrimiento que siente los padres frente a la separación, es lo mismo que siente el niño, pero la diferencia es que no lo puede expresar verbalmente siendo tan pequeñito, pero sí no se maneja adecuadamente, se van reprimiendo sentimientos que les hacen daño en su crecimiento emocional. Este sentimiento no expreso verbalmente por parte de los niños puede canalizarse hacía comportamientos inadecuados como agresión con pares, presencia del no control de esfinterés, fantasía de vivencias y deseos, etc.

Dependiendo de la madurez de cada uno de los padres, será el resultado de una adecuada ó inadecuada comunicación entre progenitores,  frente a toda la necesidad física y emocional del niño.  Cuando no se es consciente de la separación y hay uno de los padres lesionado en su emoción y/o sentimiento, siempre saldrá perjudicado y maltratado el hijo, porque la necesidad del padre lesionado la coloca en el hijo para llamar la atención de la otra parte. Ejemplos serían innumerables, entre otros: influencia de las familias políticas, desequilibrio económico, no claridad ni diferenciación entre el sentimiento de pareja y el sentimiento de padres.

Es importante que los padres se coloquen a la misma altura de sus hijos, no es lo mismo enfrentar una separación cuando los hijos son bebés,  o  en su primera infancia o  en la adolescencia.

Cada etapa tiene una resolución diferente, cuando se encuentran en etapa de cero a tres años, no expresan sus sentimientos verbalmente sino con actitudes y fantasía; en su primera infancia ( 4 -8 años) , ya pueden expresarlo verbalmente pero aún su pensamiento es concreto y puede haber confusión, porque el niño está atento a los comentarios de los padres, que en la mayoria de los casos son negativos, y así el niño no vive la realidad,  sino la realidad tergiversada de los padres, y en algunos casos esa no veracidad puede generar en el niño conflictos emocionales a futuro. Se debe tener muy presente que en estas dos etapas, la capacidad de analizar no es ideal para saber qué pasa, y menos obtener mecanismos de solución o de elaboración, generalmente expresan el sentimiento de que se vuelvan a unir los padres porque no pueden aceptar la separación.

El niño puede tener sentimientos encontrados, deseos de que los padres estén juntos nuevamente, pero al mismo tiempo sienten miedo; puede suceder que,  cuando el niño (a) está con uno de los padres que puede ser más estricto y corrige más frecuentemente, puede expresar el deseo de estar con el otro padre para que lo consienta y lo defienda.

El no resolver los conflictos de los adultos , se verá reflejada en conflictos psicológicos en los niños  de diferentes manera, las más comunes, caprichos en la alimentación, rebeldía, problemas de sueño, piden que los alcen permanentemente, aislamientos con silencio, berrinches, pataletas sin justificación, entre otros.

La etapa de la adolescencia es aparentemente la más fácil para los padres, porque pueden comentar la situación con sus hijos, pero si no es clara y transparente puede ser perjudicial para el adolescente, ya que él tiene conocimiento de los comportamientos de los diferentes padres, tiene su propia versión y solo necesita que sean veraces y transparentes con él; fácilmente entienden que es mejor la separación y en muchas ocasiones ellos mismos la aconsejan a sus padres, pero en el otro extremo podemos encontrar que este hijo se siente culpable de la separación (manejos inadecuados de los padres en su etapa de bebés y en su primera infancia); igualmente debemos tener presente que supuestamente son fuertes en su personalidad,  pero el peligro es que pueden canalizar sentimientos no resueltos del pasado en crisis adolescenciales.

QUE LE DIGO A MI HIJO:

  1. La separación de los padres es decisión de ellos únicamente.
  2. El hijo no es culpable de absolutamente nada.
  3. Los padres siempre los amarán y estarán atentos en toda la educación.
  4. Que disfruten los diferentes ambientes de sus padres.
  5. Vivir con felicidad el amor de los abuelos y de las respectivas familias políticas.

REFLEXIONES PARA LOS PADRES:

  1. Aceptar que toda persona tiene defectos y cualidades.
  2. No caer en sobreprotección ( exceso de juguetes o de actividades).
  3. Facilitar una buena comunicación entre los padres, frente a la educación del hijo
  4. Claridad y coherencia en criterios educativos
  5. Hablar positivamente del otro padre
  6. Buscar espacios para la comunicación con el hijo.
  7. Que la comunicación sea hijo padre y ser buen oyente con el hijo. No enfocar la comunicación hacía vivencias y cuestionamientos del otro padre.
  8. Situaciones claves de discusión:  Las más frecuentes, el dinero que se gasta en el hijo y  la aparición de nuevas relaciones, son  temas que generan enfrentamientos cuando no se es buen oyente y cuando aún hay heridas no cerradas,  se termina fusionando los temas de la educación de los hijos y situaciones pasadas de pareja (conscientes o inconscientes).
  9. Los padres son modelos para sus hijos en todo instante.
  10. Qué trato le da  al hijo? ¿ grita demasiado? Habla con el hijo,  dejando a un lado la modernización del computador?  Le preocupa solo el orden, las tareas, etc, o sea,  me dedico a dar órdenes únicamente?

 QUE PERJUDICA AL NIÑO:

  1. Creer que la conciliación, está en manos de otras personas (  instituciones  o  sentencia legal) y así se  pone fin al conflicto.
  2. Implicar al niño en procesos juridícos.
  3. Pelear, discutir, llorar o gritar delante del niño.
  4. Criticar al otro padre
  5. Alejar al niño del otro padre solamente por capricho.
  6. Colocar al niño en medio de los problemas y utilizarlo como comunicación entre los padres.
  7. Muy común los utilizan como pretexto en medio del conflicto.
  8. El atacar a la pareja empeora la situación y genera resentimientos.
  9. Si la pareja vive en conflicto, los hijos no tienen por qué estar en conflicto.
  10. Se necesita limar asperezas entre los conflictos de los padres y manejar una relación civilizada para beneficio del hijo.
  11. Tener presente que se necesitaron dos personas para engendrar al hijo, esas dos personas se necesitan en la educación.
  12. El niño necesita del amor del padre y de la madre para obtener una buena identificación.
  13. El niño debe entender que el amor de padre nunca se perderá, pero que la relación conyugal, ya no existe por decisión de los adultos (padres).

Dra Beatriz Parra