Nivel de Compromiso en los niños

Cuántas veces hemos vivido una situación similar a esta: nuestro hijo(a) llorando porque no quiere ir al colegio, llorando por hacer sus tareas escolares,  ya que no las quiere realizar, la madre entra en desespero e inmediatamente recurre a ayudarle, llega el padre cansado de la oficina y ya a altas horas de la noche  viene todo el proceso de buscar culpables, cada uno le ayuda a una tarea diferente y el niño(a) que es “más inteligente y va adelante de los padres”, se hace que no es con él o ella, y logra su objetivo, que los padres le hagan sus tareas. Esta situación es muy común en nuestros hogares, y es así como se genera  disminución en la asimilación del aprendizaje y lo más importante es que se está reforzando un bajo nivel de compromiso, es decir no cumplir con sus obligaciones y no tomar decisiones.

Sabemos que los niños entienden perfectamente sus responsabilidades siempre y cuando sean claras y precisas; el niño de pequeña edad 3 años – 5 años puede responder por el desorden de sus juguetes, puede aprender a jugar sin maltratar a su mascota, entiende cuando un adulto miente, etc. 

Debemos recordar que los niños son seres racionales e inteligentes que entiende todo su entorno, quiero hacer énfasis en este punto, cualquier niño bebé o de primera infancia entiende todo cuanto sucede a su alrededor, muchas veces esas frases de inconformismo, resentimiento, rencor, etc.  que los adultos en el entorno manifestamos y expresamos son asimiladas por el bebé.

El adecuado nivel de compromiso se consigue desde la primera infancia. Empezamos con pequeñas responsabilidades acordes a la edad del niño, cerciorémonos de que las cumple y no repetir y repetir la orden, en nuestro argot   “cantaletear” esto  genera  que no se cumpla la orden o la responsabilidad, el pequeño sabe que finalmente otra persona lo hará por él o ella, y es allí donde se empieza  a bajar el nivel de compromiso.

Crea en lo que su hijo puede hacer, deléguele responsabilidades, es una criatura inteligente y puede responder sin cansancio y sin maltrato, esas pequeñas planas  (bolitas,  rayitas, coloreado o simplemente garabateo)  que le colocan en el jardín es para que las realice el niño y no los padres.

Mas que “amor” es necesario que los niños maduren intelectual y motrizmente en el desarrollo de sus habilidades cognitivas. Es posible que su hijo(a) presente alguna deficiencia que se percibe en la ejecución de los precurrentes de lecto-escritura y si usted hace sus tareas no se descubrirá a tiempo. Usted como padre realizará perfectamente la tarea, pero el niño con su inmadurez lógicamente no lo hará tan bien, esto es normal y de su tranquilidad y paciencia y lo más importante respeto por la individualidad dependerá el futuro escolar del niño.

Son innumerables los casos que hemos recibido en nuestra institución CPA, con capacidades excepcionales que se han convertido en dificultades del aprendizaje por manejo inadecuado en la ejecución de tareas, algunos padres confunden esta situación con amor y el problema se descubre tardíamente, más adelante ente los 10 y 12 años, y por ende se generan personalidades tímidas, introvertidas y bloqueos emocionales generados por la concientización que tiene el niño de sus dificultades.

Debemos entender que nuestro hijo(a) es tan inteligente y responsable  como queramos, entre más responsabilidades se asignen y más creamos en sus capacidades,  se irán formando personalidades independientes autónomas y con adecuado proyecto de vida que genera felicidad tanto profesional como personal.

El nivel de compromiso nos está  indicando día a día cuáles son  las  fortalezas  y  debilidades del niño (desarrollo motor, lenguaje y rasgos de personalidad) démosle la oportunidad de ser independientes y esa felicidad que nos proponemos en nuestro medio familiar día a día se conseguirá, porque somos  partícipes de la formación con respeto y tranquilidad.